lunes, 10 de febrero de 2020

Julieta y yo

Puedes añadirme a Facebook como Ortejo Fernandez, y si quieres escribirme hazlo a ortejoatuspies@hotmail.co y ortejoatuspies@gmail.com, sígueme en twitter: @Ortejoatuspies

Una de las ventajas de mi vida, es que tengo la oportunidad de viajar a Colombia por trabajo, y para mi gran satisfacción y sorpresa, logro uno de los sueños de los últimos meses: quedo de verme contigo, sin que ninguno sepamos de nuestro respectivo fetiche de pies, y lo descubrimos de una manera linda en mi cuarto de hotel, antes de salir a cenar.

Todo empieza muy bien, pues te invito a ver la tina del hotel, ya que tú no has visto una tan lujosa (de hecho, ni yo, la empresa me pagó el Hotel Hilton), acorde a lo que me dices. Yo lo interpreto como que quieres que te invite adentro de mi cuarto de hotel, y sintiendo que va a pasar algo muy lindo, lo hago. Y asomándote a la, tina me dices que quieres fingir que vas a probar el agua con tus dedos de los pies, y te miro con deseo, y lo notas. Y te gusta. Y disfrutas mi mirada en tus dedos... ¿cómo es posible que me puedas leer tan bien?  Me dices que el agua está helada y me ofrezco a calentar tus dedos hermosos. Luego apago el aire acondicionado, y me lavo las manos para tocar tus dedos. Los siento muy fríos y te digo que mis manos no son lo suficientemente calientes, que necesito usar mi boca para besar tus dedos y poderlos calentar. Tú sonríes y asientes, porque es lo que deseas y no me habías dicho nunca.

Te sientas en la taza del baño cerrada, y yo me hinco en el suelo. Tomo uno de tus pies con delicadeza, el que tienes desnudo, y lo levanto a mis labios sin dejar de mirarte a tus ojos bellos y grandes. Tus labios delgados tiemblan ligeramente, y se curvan para sonreír un poco. Te inclinas hacia mí, mientras agarro tu pie por el talón con la mano izquierda y la planta con la mano derecha. Mi lengua se sale para recibir tu dedo grande y lo introduzco a mi boca. Froto tu pie y trato de meter todos tus dedos a mi boca. No lo logro a la primera, pero el tamaño grande de tu pie es algo nuevo para mí y logra excitarme. Mucho. Mi erección se transparenta porque no uso ropa interior, y tú la buscas con tu mirada. Cuando la hallas, sonríes con amplitud, y empiezas a quitarte la otra sandalia con movimientos muy ligeros. Yo lo noto y trato de lamer la planta de tu pie.

Te sacas un poco de balance y te ríes. Te apoyas en tu otro pie, ya desnudo, y me abrazas para no pisar muy fuerte mi cara y me miras con ternura.

-El suelo está muy frío, Juli, recárgate en mi cuerpo.

Te enderezas sobre la tapa del baño y recargas tus pies desnudo en mi regazo. Mueves los dedos juguetona, tocas el glande, morado e hinchado de deseo... Perfectamente visible a través de la tela. Puedes seguir el contorno. Yo dejo escapar un suspiro de satisfacción.

- He soñado con esto por meses, Julieta, pero no me atrevía a pensar que te gustaría que te tocara los pies mmm... O que te gustara tocar mi miembro con ellos... Y resulta que...

- Que no debiste pensar por mí, Ortejo.

Acto seguido, pones todo tu peso en mis testículos y pene para besarme en la boca, puesto que tus ortejos me dan masaje en el tronco del pene, y mientras metes tu lengua en mi boca, mis manos buscan tu espalda, tratando de abrir el brasier, de buen tamaño, y lo desato y libero tus senos, porque era strapless. Los toco y froto con el dedo índice y el medio tus pezones, que son pequeños, y tú aprietas las bolas de la planta de tus pies contra mi pene, completamente erecto. Acuno tus senos con ambas manos y me dices "Ortejo, híncate bien para poder tocarte como yo quiera". Dejo de estar recargando mis nalgas en mis talones, y me pongo recto. Tus manos quitan rápida y nerviosamente mi cinturón mientras sigues besándome con cada vez más pasión.

Mis manos acarician tu pecho, tu estómago, tu espalda, tus senos, tu cuello incluso debajo de la blusa. En ese momento, suena mi teléfono y te detienes del beso. Pero el teléfono deja de timbrar y te vuelves a sonreír. Te levantas y me instas a hacer lo mismo. Me jalas hacia la cama y me ves con lujuria. "Yo también quería tenerte así, Ortejo, desde que te dejaste conocer, me has gustado, y no sentí que era mi lugar decirlo..." "Por otra parte, temía que me dijeras que estaba loca por tener estos... Gustos." "No entiendo, Juli, cuáles gustos? Hemos estado haciendo cosas normales y naturales hasta ahora". "Probablemente ninguno de tus amantes haya tocado tu cuerpo de la manera que yo lo he hecho. Cómo toqué, por ejemplo, tus pies..." - Tú sonríes como dándote cuenta de algo -, "no creas que no noté que tu... Amigo, se levantó hasta que viste mis dedos al desnudo". Yo me sonrojo de la franqueza, y me excito de nuevo. "Es que soy tímido, Julieta, por eso no lo menciono nunca" "Tímido? Metiéndote todos los dedos de uno de mis pies en tu boca?" Sentí un movimiento en los testículos al oírte decir eso.

"Pero Juli, porqué lo mencionas ahora?" "Porque... A pesar de que no he tenido muchas relaciones sexuales en mi vida, en todas quiero que me adoren mis pies, no quiero excitarme sin eso... Y veo el fuego de pies en tus ojos... Los deseas... Pero primero, haré esto, y vas a enloquecer."


Me quitas los pantalones y te relames los labios al ver pasar frente a ti mis 20 centímetros de amor. Duros y erectos. Pero te contienes, y te alejas de mi cuerpo para levantar tu falda corta y mostrarme tu tesoro. No traes panties y estás completamente depilada, como si hubieras estado con la esperanza de que esto pasara. Acto seguido, al mantener tu falda levantada con la mano izquierda, levantas tu pie izquierdo a mi boca mientras tu brazo descansa sobre esa rodilla. Me miras desde tu posición de poder, conmigo dominado en la cama y tú levantando una pierna encima de mí, y tu mano derecha se dirige a tu conchita, y comienza a buscar el clítoris. Te masturbas frente a mí con todo tu poder y restregando tu pie sobre mi boca, mi cara, a veces mi lengua... Yo trato de alcanzar a oler o lamer, pero tus rápidos movimientos embarran mi saliva mezclada con tu sudor de pies en mi cara. El olor es exquisito y me toco la verga para darme placer. Entre tus caras de extasis y tus gemidos, te das cuenta de mi acción y detienes mi mano con tu pie : No no no, Ortejo, hasta que yo diga. Mi miembro viril está a punto de estallar. La visión de ti tocando tus partes y tu pie en mi cara es mucho para mis testículos.

Me quedo quieto, como me lo ordenas. Continúas con tu clítoris donde lo dejaste. Cierras tus ojos y vuelves a gemir. Poco a poco. Tu pie ya no se mueve como antes. No. Ahora intenta seducirme, conquistarme, aun si ya no es necesario, aun si ya estoy completamente enamorado de ti y de tus perfectos pies. De tus uñas cuadradas y adorables, que sólo a ti se te ven bien con el largo que elegiste para ellas. De tus arcos maravillosos, de tus dedos impecables, el color de tu piel y lo terso de ésta. El ritmo de tus dedos alrededor de tu clítoris se empieza a volver frenético. Tu boca se abre para jalar aire, el cual falta en tus pulmones y jadeas fuertemente. Mi cabeza se siente enorme mientras abro los ojos para mirar tu expresión, de aparente sufrimiento, pero tu jugosa vulva demuestra que estás gozando a morir. Tu pie me presiona la cara muy fuerte, y tus dedos son tan rápidos, que sé que estás a punto de venirte. Tus labios mayores, menores y clitoris están tan rojos y tan mojados, que deseo lamerlos. Con un grito y una explosión de jugos de amor, liberas tu orgasmo sobre mis piernas y pene.

Miras hacia abajo con un gesto de satisfacción, excitación y alivio, y te avientas sobre mí. Me da un poco de miedo, porque mi fierro sigue muy erecto, sin poder liberar su amor aún. Pero la manera en que me abrazas es aplastando mi miembro viril de una manera muy fina, de abajo hacia arriba, y así queda aprisionado entre nuestros estómagos. Mi felicidad no tiene límites, y tu blusa se mancha del líquido que sale del glande, ese líquido previo a eyacular, y que es para lubricar. Siento tu aliento de nuevo en mi cara, y mi corazón late fuertemente. Porque sé que lo mejor está a punto de suceder. Te saco la blusa como puedo, pues ya quiero besar tus pequeños pezones. Por fin te tengo como yo lo deseé : Completamente desnuda y encima de mí.

- Te digo lo que quiero ahora para poder eyacular como en el paraíso? - Siiii... - Es muy sencillo, Julieta. O Estefanía? - Como gustes. - Bueno, Juli, quiero sentir la explosión de un orgasmo mientras me caricias la cara con tus pies. Sonríes de manera pícara y hasta inocente. - Es justo lo que quiero. Lléname de semen. - Ríes por lo bajo, y me besas.- Hmmm... Tu cara huele a mis patitas... Qué delicia... - Me desconcierto viendo cómo me lames el rostro, y también cómo esto te erotiza tremendamente. - Te gusta tu propia esencia, cierto? - Sin dejar de lamerme, con los ojos cerrados, me contestas con dificultad : - Hmmm.. No...ah... No sé qué me pasa hoy... Normalmente no me importa quitar mi propio olor, hasta froto mis..pies... Hmmm... Contra el pasto...

Y con esto, subes tu pelvis apoyando tu peso en tus manos alrededor de mi cabeza. Milagrosamente, encajas mi pene en tu vulva a la primera, y me vuelves a pedir que te llene de mi amor. Te estremeces. Te pregunto qué pasa. Me contestas que sigues hiper sensible por el gran orgasmo que te diste, porque nunca te habías masturbado encima de un hombre, y menos con un squirting tan abundante como el de hoy. Me siento muy halagado por eso y te sonrío, te tomo de la cintura y te ayudo a clavarte mi vara caliente. Es tanto tu líquido que se resbala hasta el fondo de tu vagina. Suspiro sonoramente y bufo de placer. Es tan grande, que pienso que no tardaré mucho en inundarte toda. Acostada encima de mí, te mueves de manera rítmica pero lenta, deseando lograr un segundo y acompasado clímax. Aunque tu movimiento comienza reclinada sobre mi cuerpo, te enderezas lentamente y tratas de quedar sentada sobre mi regazo. No permites que mi verga se salga de tu interior y tratas de que eyacule lo más pronto posible. Lo cual sucede. Me contorsiono gravemente y gimo al aventar todo lo mío.

Cuando recupero mi respiración, te digo que aún no me vengo con tus pies en mi cara. Te sonríes y te echas para atrás, con el peso en tus palmas, mi pene flácido en tus entrañas aún, y me dices : No te preocupes, esto no se acaba hasta que se acaba. Te lo voy a poner bien duro otra vez. Y levantas tus pies, y yo siento tus nalgas entre mis piernas abiertas, y debido a que eres alta, doblas tus rodillas y bajas tus pies hacia mis pezones, los cuales pellizcas entre tus ortejos... Cierro mis ojos de nuevo y me dejo hacer. Me acaricias con las plantas por todo el tronco, el cuello, la cara, las orejas, y lo haces tan rico, que no me doy cuenta de cuánto has tardado en hacerlo, porque ya estoy erecto y listo para escupir todo mi semen de nuevo.

Yo pensé que no tendría más reservas dentro de mí... Y ahora veo que así es. Siento tantas oleadas de placer total, que me muevo tan fuerte, que te agito a ti! Muchas por mantener el equilibrio con un pie en la cama, y el otro en mi cara. Lo tomo y te doblo el dedo gordo, para poder besarlo, lo chupo, lo lamo, lo succiono y me lo introduzco totalmente en mi boca. Las convulsiones del semen saliendo por el canal interno del tronco de mi pene tieso dentro de tus labios menores, me atrapan en el trabajo del dedo gordo. Me siento en el paraíso en mi boca y mi entrepierna... Y al volver en mis cinco sentidos, sé que me he enamorado de ti y que voy a desear esto por el más largo tiempo que podamos disfrutarlo juntos. Me tienes rendido... A tus pies.

viernes, 3 de enero de 2020

Mi jefa Claudia y yo

Puedes añadirme a FACEBOOK como Ortejo Fernandez, y si quieres escribirme hazlo a ortejoatuspies@gmail.com, sígueme en twitter: @Ortejoatuspies

Otra historia... Imaginaria?

-Ortejo! Ven acá! Por enésima vez, mi jefa Claudia me llamó a su oficina para regañarme. Me molestaba como pocas cosas eso, pero sus pies eran deliciosos. Intenté concentrarme para poder, por fin, lograr una foto de sus pies. O al menos de uno, por debajo del escritorio. Me fijé que mi celular tuviera la cámara sin sonido, y sin flash, apagué la pantalla, y caminé hacia ella. Estaba intentando no aparecer nervioso frente a ella, pero la combinación de miedo al despido, y la excitación que se me notaba bajo el pantalón, no me iban a ayudar a eso. Al entrar, vi que tenía los pies recogidos debajo de su silla, por lo cual, no podía verlos bajo el escritorio. Tendría que ser paciente. Comenzó a regañarme, pero sin tanto apasionamiento, y en ese momento, le entró una llamada al teléfono de la oficina. Aunque había una cámara de seguridad en su oficina, sobre su cabeza, los movimientos que se hicieran bajo la parte externa del escritorio no se notarían, así que simulé estar viendo mi WhatsApp mientras ella tomaba su llamada. Estiró su cuerpo, por lo que sus piernas también se estiraron, y uno de sus pies sobresalió, lo que me indicó que tenía cruzada la pierna. Tomé la foto. La voy a adjuntar aquí. Con el pene a punto de explotar, guardé el celular para poder estar tranquilo. Uno como hombre, es lo bastante estúpido como para pensar que le ganó a la mujer. Ja... Claro que no. Ella colgó el teléfono y siguió mi mirada con la suya. Me dijo que quería que la acompañara a la otra oficina, y que nos iríamos en su carro. La camioneta tinto oscuro nos esperó, y cuando llevábamos un par de cuadras, un semáforo dio la oportunidad de que me dirigiera la palabra. -Ortejo, he notado que me miras mucho los pies. ¿Te puedo preguntar porqué? Me quedé paralizado. No sabía cómo se pudo haber dado cuenta. La boca no la pude cerrar, y sólo pude balbucear. Sus escasos 5 años mayor que yo, la hacían enormemente apetecible. Todas las cirugías costosas, aún más. Se había puesto buenísima para su marido. Pero nadie jamás podría alterar la forma de lo que más me gusta: los pies de una mujer. Y me llamaban mucho la atención, a pesar de que no eran del tipo que me gusta. De una forma algo gordita, se le hacían como en forma de sándwich alargado, casi sin arco, a menos que se pusiera unas sandalias blancas que yo amaba. Sus dedos, también regordetes, mostraban una uña alargadita pero no muy grande, por eso parecía no muy esbelto, ni mucho menos de forma cuadrada y definida, como a mí me gustaban. Eran más de formas redondeadas. Pero qué buen color de piel. Antes de que yo pudiera hablar, me ganó el diálogo. - La otra vez me mojé bajo la lluvia, y me metí a la oficina para secarme los pies, porque ni modo que me resbalara con esas sandalias, ¿verdad? Me la pensé mucho para quitármelas, y finalmente lo hice. Pero pues... no era porque me fueras a ver, o al menos, no porque yo ya lo hubiera notado. Así fue como lo noté. Jamás dejaste de vérmelos, y fue una mirada como la que tienes ahorita. Y como yo ya he sabido que hay hombres que les excitan los pies de mujeres, quiero saber lo que se siente. Vamos al motel que sigue. Me quedé petrificado. Pero mi pene más, cuando vi que en verdad nos íbamos al motel. -No te vayas a creer que vamos a tener sexo, ¿eh? - Le respondí -No, sólo quieres que te adore tus pies. -Adorar, ¿eh? ¿Así se dice? Qué buena palabra... - Te haré cosas que no te imaginabas. - Y con esa promesa, entramos al motel, pagó y nos metimos. Al entrar al cuarto, caminó directo hacia la cama y al sentarse, me hinqué. Le tomé las tiras de las sandalias, y se las desabroché, para jalarlas con mis dientes. Volteé a verla a la cara y estaba sonrojada. Procedí a hacer lo mismo con el otro pie, no sin antes levantar su pierna para apoyar su talón en mi hombro. -¿No te huele muy fuerte? - Así es como debe oler, Claudia.- Cuando se los quité, le junté los pies y los puse frente a mi cara, mientras yo cerraba los ojos y ella los abría mucho. Los lamí y comenzó a moverse demasiado. -¿Te dan muchas cosquillas? - ¡Sí! ¡No hagas eso! - ¿Entonces cómo te los voy a adorar? - ¡No sé! Haz otra cosa. - Sin volver a sacar la lengua, le bajé un poco un pie, y me metí en la boca todo su dedo gordo derecho. Enloquecí mientras ella se reía más. -¡No, no te quiero patear! ¡Déjame! - Recargó su pie izquierdo contra mi pecho, y lo bajé hasta mi pantalón. Apreté su planta derecha contra mi cara, y ella, con una combinación de ternura y estupor, empezó a mover sus dedos en ambas patitas. Los de mi cara fueron con ternura, o eso sentí, y los de mi entrepierna, fueron con excitación. Me bajé el cierre, y los dedos de ella buscaron bajar el calzón. Mi gran verga salió y ella me dijo que nunca había tocado una con el pie. Al hacerlo, dijo que le había asombrado lo caliente que se sentía. Me pidió que eyaculara sobre sus pies, porque nunca se había imaginado que pudiera pasar algo así. Me tomé el miembro con ambas manos, y frotando el glande con la izquierda, lo agarré fuertemente con la derecha mientras lo jalaba y lo regresaba. Eran tan furiosos mis movimientos, que resoplé y no tardé en venirme. Todo salió con tanta fuerza, que mojé su pantalón, y pensé que le mancharía la cara a Claudia. Obviamente no era posible. Ella sonrió mientras se enderezaba, y tomando mi miembro, lo limpió con la lengua. Estaba yo tan sensible, que tuve que suspirar muy ruidosamente. Claudia se sintió muy emocionada, y me dijo, "Te dije que no me la ibas a meter". Íbamos de vuelta a la oficina, y al ver que manejaba completamente descalza, me dije a mí mismo que era muy bueno que no se la hubiera metido. Ahora Claudia olería todo el día a mí.

martes, 31 de diciembre de 2019

Carolina y yo

Puedes añadirme a Facebook como Ortejo Fernandez, y si quieres escribirme hazlo a ortejoatuspies@gmail.com, sígueme en twitter: @Ortejoatuspies



Hoy traigo una historia... será real?


Carolina vino de vacaciones. Llevaba 20 años viviendo en USA, una lesbiana declarada, muy guapa y femenina. De 1.75 metros, imponía, y más cuando usaba tacones, de esos que ella llama wedges. Con ellos se ven las uñas de los pies, así que siempre tenía un pedicure perfecto, y lo noté cuando nos vimos en el restaurante. Yo soy un poco más bajo que ella, así que había una diferencia algo notoria, por lo cual todo el tiempo estuve deseando que se quitara los zapatos, pero comprendí que era una fantasía inútil. Terminamos el aperitivo con las historias resumidas de nuestras vidas recientes, y para cuando llegó el plato fuerte, ella ya estaba lista para platicarme la verdadera razón de estar de vuelta en su ciudad, Guadalajara. Su pareja de 5 años de relación, con quien ya vivía, la había engañado... ¡Con un hombre! Al estar en un lugar público, se vio obligada a no llorar, pero también me confesó que se había dado estas vacaciones para alejarse del recuerdo de su mujer. Que le dolía demasiado, y que regresar por un tiempo a su país era la única forma que tenía de olvidar. Pronto empezó a confesar que ella también era culpable del mismo delito, acostarse con un hombre...


Pero a diferencia de su pareja, Carolina nunca involucró sentimientos. La razón por la que buscaba hombres era porque a últimas fechas, ya no podía alcanzar el orgasmo si no la... Ahorcaban. Y para eso, sí necesitaba un macho. Yo sabía que esa práctica existía, pero no sabía en qué consistía, y se lo pregunté, morboso yo. Ella rió y me dijo que no me podía explicar en el restaurante. -¿Te vas a excitar si me platicas? Eso quiero verlo. -Si eso quieres, eso te daré. Yo no me hago responsable si nos corren. Yo ni vivo ya en este país. Mira, a mí me gusta que el hombre me desnude, me acaricie desde abajo hasta mi cuello mientras me dice cosas sucias y me insulta, y me llama su perra. Después me gusta que me aviente a la cama de cara abajo, que me penetre por las nalgas por la fuerza, y que me agarre del cuello con fuerza.


Su respiración fue entrecortándose mientras hablaba. Sus mejillas se ponían rojas. Comenzó a tocar su falda de cuero negro por debajo de la mesa. Ella prefería que nadie viera eso. Mientras me platicaba sus gustos sexuales lo hacía en voz media, sin hacerlo muy fuerte. Pero tampoco muy bajo. Se dio cuenta que no podría tocarse mientras la usara, y mientras seguía hablando se subía la falda, con ánimos de que le quedara de cinturón... - También me gusta que estando yo sentada en la cama, él me penetre, mientras me ... Su mano comenzó a moverse bajo la mesa, y ésta comenzó a temblar. Cerró un poco los ojos cuando dijo lo siguiente: - Mientras me cachetea. Me gusta mucho eso, un poco de violencia. Ya las nalgadas no me saben a casi nada, pero no puedo dejar de pedirlas mientras me están besando, y las manos grandes y duras de un hombre son lo que quiero para que me maltraten.


Su respiración se hizo más errática mientras yo la veía a los ojos para que no se notara que estaba demasiado excitado. Le dije en voz baja: "Quiero probar eso contigo esta noche". Ella siguió frotando sus genitales y me dijo que sí quería, que por eso no traía ropa interior. Mi pene reaccionó y mi cara se sintió igual de caliente. Le dije que pediría la cuenta, y que se calmara para eso. Me dijo que sólo dejaría de tocarse, que no podría calmarse. Llamé al mesero y tras pagar con efectivo para que todo fuera lo más rápido posible, la subí a mi carro y nos fuimos a su hotel. Era un lindo hotel cerca de Plaza del Sol, y entramos a su habitación en silencio, ya casi a las 11 de la noche. Me preguntó que qué quería a cambio de este favor, y yo le volteé a ver los pies... Le dije que quería esos pies. Se puso al lado de un espejo y se tomó una foto de sus piernas y me la mandó a mi celular. Le dije que una foto no me bastaría. -¿Quieres hacerles más cosas a mis pies? -Claro, Carolina... ¿No imaginas qué? -No, pero así es mejor, tú me lo haces, sin que yo sepa qué esperar. Al cabo que no tengo cosquillas en los pies... Pero ya sabes lo que quiero.


Carito se sentó en la cama, mientras estiraba sus piernas hacia mí. Me puso una cara tan lasciva, que de inmediato le dije lo que estaba pensando. "Me encanta tu cara de putita, así debes de verte, así me has gustado desde antes de que te fueras del país..." Ella se sonrió y dijo "Vas". Le tomé los hombros al mismo tiempo, y se los froté. Bajé mis manos a su blusa, y se las metí a los senos. Eran de un buen tamaño, y no estaban fríos a pesar del clima, estaban super calientes y super sedosos. Le bajé la blusa, cubriendo su estómago con ella, y me di cuenta que no usó bra tampoco. Eso significaba que venía con esas intenciones. Me excitó que ella pensara eso de mí, y de inmediato procedí a torcer sus pezones, oscuros, grandes y parados, muy prominentes, besables. Pero no los besé. Le dije que me quitara el pantalón, y mientras me acercaba a ella, le agarré las nalgas, le subí la falda, y en efecto, tampoco traía panties. Mi pene no podía de emoción, y cuando ella bajó el boxer, mi pitote se zangoloteó como loco, y ella lo detuvo con sus manos juntas. Levanté más la falda, y su vulva, alta como ella, se mojaba al contacto con mi glande. Se dobló de rodillas un poco, y mis manos subieron de los senos a su cuello.



Con mi cuerpo sobre el suyo, me terminé de quitar los pantalones para estar más libre. Mis rodillas se clavaron más en el colchón, pues ahora estaba usando mis manos para rodear el cuello de Carolina. Al sentirse ligeramente aprisionada, se agarró fuertemente sus grandes tetas naturales, y frotando sus pezones, me susurró "dale, más". Mis dedos pulgares acariciaron fuerte su garganta mientras los otros se aferraban a su nuca. Ella levantó el pubis para ensartar mi vara en su panocha, y con mucha dificultad, logramos el coito en esa situación. Afortunadamente tengo la verga larga. Con nuestros sexos unidos, ella movió su cadera en círculos y mi pene comenzó a sentirse super apretado, y estimulado por todas partes. En un ambiente tan cálido y mojado, la sensación ahí era indescriptible. Mis pulgares apretaron un poco más, y sus ojos se pusieron en blanco mientras respiraba con lujuria y sus manos me manipulaban las nalgas. Atraía mi cabús hacia su pelvis con movimientos más rítmicos, y tuve que eyacular.



Nuestros movimientos fueron haciéndose más lentos a medida que pasaba el tiempo. Le dije que se pusiera boca abajo, porque ahora era mi turno. Lo hizo, y sin poder verme, le levanté la pelvis, con un cojín debajo de ella. Mi pene logró otra erección, pero más suave, y tomé sus pies para jalarlos a mi boca. Comencé a olerlos, acercándolos con ambas manos a mi nariz, y mi pene buscaba de nuevo su vagina. Pero no le atinaba, y el ano era rozado por la verga. Caro se movía cuando esto pasaba, insegura de si le gustaba eso en los dedos o no. Recargué todo el peso sobre el pene, y éste se asentó en el anito, mientras me metía todos los dedos del pie derecho en mi boca, y el otro pie me rozaba la cara, lo cual me ponía más y más erecto. Estaba tan caliente que juraba que podría volver a eyacular en ese momento, pero aún mi cuerpo no tenía suficiente semen. Y sin estimulación de la boca o de la mano, no podría venirme. Así que simplemente le lamí las plantas, metí mi lengua entre sus dedos, y ella se retorcía entre gemidos, algunos de risa, otros de placer, y finalmente dijo "¡YA! ¡Nalguéame!" Dejé sus pies de lado para apretar firmemente mi pito entre sus nalgas, y le nalguée la pompi derecha tan fuerte que le dejé la mano marcada. Ella gimió ruidosamente y comenzó a lubricar por la panocha. Gritó "Más" y le di con la otra mano. Volví a eyacular, pero esta vez sobre las nalgas, rodeando su cola, y se embarró todo lo que me salió sobre las nalgas rojas y adoloridas. Se volteó y me besó.


Dijo que quería repetir la sesión, pero sería para otro día...

miércoles, 19 de junio de 2013

Los pies de la esposa de ...

Puedes añadirme a MSN ortejoatuspies@hotmail.com, y si quieres escribirme hazlo a ortejoatuspies@gmail.com, sígueme en twitter: @Ortejoatuspies

martes, 13 de noviembre de 2012

Logan ataca otra vez... y muy rápido!

Puedes añadirme a MSN ortejoatuspies@hotmail.com, y si quieres escribirme hazlo a ortejoatuspies@gmail.com, sígueme en twitter: @Ortejoatuspies Pues aquí les tengo otras nuevas amigos. La verdad quiero ofrecer una disculpa de que no pude poner bocarriba las que estaban alrevés. Sigan sintonizándonos!

lunes, 5 de noviembre de 2012

Super Candids de Logan!

Puedes añadirme a MSN ortejoatuspies@hotmail.com, y si quieres escribirme hazlo a ortejoatuspies@gmail.com, sígueme en twitter: @Ortejoatuspies Saludos! Hoy les traigo unas candids bien chidas que tomó el amigo llamado Logan. Se ve que le sufrió! Espero puedan comentar, la verdad me gustaron mucho!
PLUS: Quién no fue a fiestas de Halloween con la esperanza de que el disfraz de alguna chica implicara pies desnudos? Yo nunca he tenido suerte, qué ganas de ver a unas Vilma y Betty corriendo por ahí descalzas!

lunes, 1 de octubre de 2012

Rude Dares - Naked in the hotel at night


Puedes añadirme a MSN ortejoatuspies@hotmail.com, y si quieres escribirme hazlo a ortejoatuspies@gmail.com, sígueme en twitter: @Ortejoatuspies
Nada que ver con pies, bueno, un poco, pero este sitio me encantó y sobre todo este video:

Rude Dares - Naked in the hotel at night

Vean Rude DAres!

http://www.rudedares.com/

sábado, 22 de septiembre de 2012

Ya lo hice...

Puedes añadirme a MSN ortejoatuspies@hotmail.com, y si quieres escribirme hazlo a ortejoatuspies@gmail.com, sígueme en twitter: @Ortejoatuspies Bueno, pues eso, ahora estoy en twitter! Siganme y ahora sí a decir cosas que aquí no me animaba! PLUS: Luego es medio gacho esperar algunos años a verle los pies a la compañera cachonda de trabajo y descubrir que los tiene bien feitos :(

miércoles, 22 de agosto de 2012

Otra fantasía del ayer

Puedes añadirme a ortejoatuspies@hotmail.com , y si quieres escribirme hazlo a ortejoatuspies@gmail.com CONTENIDO FICTICIO... Nunca me pasó, pero... soñar no cuesta nada. Aquí en México la secundaria es cuando ya te puedes ir solo a la escuela. Muchos ya se van solitos desde antes, pero eso es otro cantar. En mi caso de repente la mamá de un amigo pasaba por mí, pues era un favor recíproco con el hijo de ella, un compañero que ni siquiera iba en mi salón, sino que lo conocía de la primaria y realmente tampoco éramos amigos. Nos tocaba a cada rato darnos de golpes, yo no sé porqué seguían yendo por mí después de esas situaciones. Nunca se me olvidará el día en que chocamos justo por eso. No fue grave, pero el "amiguito" mío sí sangró de su nariz y la señora estaba muy enojada. Yo me fijaba en que ella nunca de los nuncas manejaba con zapatos. Es decir, subía al carro con zapatos (me imagino, porque siempre los veía en el suelo del lado del copiloto) pero SIEMPRE estaba descalza cuando manejaba. Eso me causaba un estupor tremendo y paralizante, pues... era una señora muy anciana, probablemente tendría unos 38 o 40 años. Anciana para mí pues. No podía gustarme alguien así, además no era muy agraciada de la cara pero... qué pantorrillas se cargaba. Remataban sus piernas en pies algo regordetes en los que había bastantes venas y unos dedos grandes con uñas redondas y enormes, casi me sentía mal de verlas, pero yo pensaba que era por todo, menos porque me estaba forjando mis gustos fetichistas desde ese momento. Al ir al hospitalito, y luego de unas radiografías al chamaco y a mí de paso, fuimos a su casa ya que mis padres seguían en el trabajo. La mamacita estaba más tranquila y mi cuate se iba durmiendo en el camino a casa, de modo que se encerró en su apestosa habitación y yo me quedé solo con la señora en la sala. Escuchaba sus ronquidos en poco rato. Ella olvidó los zapatos en el carro y era lo que menos le interesaba en ese momento. Era como si se hubiera olvidado de mí, preocupada y descalza por toda su casa, haciendo sus cosas. Con mi pantalón corto de deportes, una erección se fue pintando sin que yo me decidiera en ocultarla, ya que por un lado ella no la notaría, y por el otro, tal vez yo sí quisiera justo eso. Tal vez. Prendió la tele y se sentó en el otro sillón mientras yo estaba en silencio, entre apenado y excitado por primera vez con unos pies, unos pies muy maduros pero que se veían apetitosos y chupables. De algún modo su vista giró hacia mí en un momento, y pasó lo que creí sólo en mi mente. Sentí mi cara arder y me cubrí ahí con mis manos. Ella rió ante el ademán y me preguntó que qué me pasaba. Yo no pude responder. Decidí sin pensar mucho que le diría la verdad y le dije que ... no sabía. Me gustaban mucho sus pies, pero tampoco iba yo a decirlo tan rápido. Sólo sabía que no podía ser demasiado directo, pero también que estaban lejos de mi alcance, y ni siquiera podía pensar qué haría con ellos si los tuviera. Repitió la pregunta entre divertida y curiosa. Era obvio que le interesaba el tema, y a mí también. Mi mirada se fue a sus manos, que tocaban los pies que ella tenía subidos al sillón en sensual pose. Esa piel blanca, piel contra piel, me puso a soñar. -Porqué me miras los pies? -Uh... La situación se volvió insostenible y apreté mi erección con más fuerza. Sentía que me corrían pequeñas lágrimas no en el lacrimal, sino en los bordes de afuera, y que mi cabeza estallaría. Esa alusión directa a los pies fue detonante. Los miré con más fuerza y sin esconderlo. Pasé mi lengua por mis labios, resecos de no cerrarlos. Se acarició el empeine con una sola mano. Se sentó erguida y extendió su pie hacia mí, con el otro en el suelo. -A poco esto te gusta? Sudando estiré mi mano. Las venas de mis sienes latían retumbando. -Puedo...? Ella sonrió y me dijo que me acercara a su sillón. Fui allí y tomando su pie, lo acomodé en mi pierna con timidez. Ella lo acomodó para estar más a gusto y al hacerlo puso su talón justo encima de mi pene. Lo tomé entre mis manos mientras lo amasaba sin delicadeza alguna y ella parecía disfrutarlo sin carga sexual alguna. Pero yo descubrí que para mí sí la tenía y apretaba el pie hacia mi pito para que lo acariciara su talón y ella hacía lo posible para que no pasara eso. Y me desconcertaba un poco y es que no entendí que había que jugar un poco, darle sabor al caldo, literalmente. Después de unos minutos de acariciar a mi gusto, ella puso el otro pie y sonrió de nuevo. "Voy a tener que pagarte por esto, es un buen masaje". Le pregunté cómo pensaba pagarme y volvió a reir. Le tomé el otro pie y ella se recargó sobre sus dos manos al mismo tiempo recostando su espalda hacia atrás, de modo que cargó su peso hacia su enorme trasero y sus pies se vieron más libres de moverse. Lo bueno fue que se movían sensualmente alrededor de mi pene y mi pensamiento fue de sacarlo en una pierna del short. Moví mis dedos mientras tocaba sus plantas y talones, de modo que jalara la manga de la pierna y ella vio mi intención. Se descaró y con los ortejos se metió debajo del short mientras yo los guiaba de una manera muy incómoda por lo pequeño de la prenda. Descubrí que los dedos interactuando eran un sueño hecho realidad y ella sonreía como si le dieran cosquillas. Vimos que eso era infructuoso y me dijo "Ya sácalo", mientras yo metía mi mano por arriba de la prenda y sacaba mis 18 centímetros de carne sin prepucio. El gusto asomó en su cara y mis nervios no tenían fin. Con sus dos pies acarició el mástil que se me asomaba, duro y grueso, con ternura y morbo y sin una palabra. Notó el poco semen que empezaba a brotar, previo a una descarga completa, y lo embadurnó con el ortejo más grande. Entonces hizo lo que no me imaginé a mis 14 años. Su dedo gordo se levantó hacia mi cara y me dijo "toma, siempre he tenido ganas de hacerle esto a un hombre" y me envalentonó terriblemente que me considerara un HOMBRE. Me incliné hacia ella y METIÓ SU DEDO GORDO EN MI BOCA CON SEMEN MÍO. Nunca antes lo había probado, y mucho menos, un dedo del pie de una mujer. Sentí su uña rozar mi paladar y moverse sus otros dedos mientras recargaba su otro pie en mi pierna para no aplastar mi pene. Esos dos tactos me prendieron al infinito y empecé a sentir convulsiones. Ella reía con felicidad y yo guiaba mi verga para apretarla mientras escupiera para más placer, eso sí había aprendido a hacerlo. Al notarlo, ella bajó su pie y lo puso en el suelo, mientras el otro se iba a mis nalgas para ella tomar mi pitote con sus manos y finalizar lo que ella quería. Mi semen explotó y ella lo cubrió con sus manos para que no se manchara el sillón, y me lo embarró en los huevos y las piernas y el estómago mientras esa caricia me llevaba al cielo. Finalmente lo llevó a mis pezones, pues fue abundante el esperma y ahora todo yo olería así. Me volvió a sonreír y me preguntó si me gustó. Evidentemente le dije que sí y dijo que era la última vez, y que eso quedara en secreto entre nosotros. Sí fue la última vez. Y sí fue un secreto. Hasta hoy. PLUS: Trataré de escribir más historias como estas si les parece bien...

martes, 15 de mayo de 2012

por primera vez... taloncitos!

Puedes añadirme a ortejoatuspies@hotmail.com , y si quieres escribirme hazlo a ortejoatuspies@gmail.com Hola! Estos taloncitos y plantas pertenecen a la chca de LC69... DISFRUTEN!

viernes, 20 de abril de 2012

La novia de Harold

Puedes añadirme a ortejoatuspies@hotmail.com , y si quieres escribirme hazlo a ortejoatuspies@gmail.com Ahora Harold viene a complacernos con otras fotos. Tengan cuidado, estas de su novia y él están extra calientes! Como una pizza! Como una pizza sexy y olorosita a pies!
Rico! Comentarios? PLUS: Alguien pidale a ver a qué santo que aparezcan los pies de Scarlett Johanson en la nueva película de los Avengers...

jueves, 29 de marzo de 2012

Más Demonia para todos!

Puedes añadirme a ortejoatuspies@hotmail.com , y si quieres escribirme hazlo a ortejoatuspies@gmail.com






Ahora Demonia nos dedica estas excitantes fotografías. Estamos muy emocionados por ellas y esperamos que ustedes las comenten bastante!



































Gracias Demonia!

lunes, 20 de febrero de 2012

Demonia!

Puedes añadirme a ortejoatuspies@hotmail.com , y si quieres escribirme hazlo a ortejoatuspies@gmail.com

Qué onda,

hace bastante que no posteaba, y lo hago ahora para una colaboración muy especial desde Colombia:

DEMONIA!

































Y hay más de donde salió, sólo participen y digan que quieren ver más de ella!

PLUS: Hoy iba en una avenida en mi carro, cuando en la banqueta de enfrente, una parejita se detuvo y la chica, rubia, cabello rizado y largo, muy blanca, dejó un zapato en el suelo para abrir los ortejitos y sus uñas perfectamente rojas casi me hacen chocar! Se agarraba del brazo del novio y no me vieron.... pero durante un segundo y medio, soñé...

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Otras de LC69

Puedes añadirme a ortejoatuspies@hotmail.com , y si quieres escribirme hazlo a ortejoatuspies@gmail.com

Qué les parece? Estas deliciosas patitas tienen más fotos. Creo que ella no sabe que se las toman, pero LC69 hace muy bien su trabajo y aparenta estar posando... bella mujer!





















martes, 13 de septiembre de 2011

DEDOS DE NATALIA

Puedes añadirme a ortejoatuspies@hotmail.com , y si quieres escribirme hazlo a ortejoatuspies@gmail.com



Nuestro amigo nos vuelve a enviar tanto los dedos de Natalia como las medias de Sandra...










SALUDOS!

Painted Toes

Painted Toes
Te gusta este color?

Stroking

Stroking
Quieres acariciarme mas?

Teasing

Teasing
Quieres ver lo demas?