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Esas cosas nunca le pasaban a Angel.
Eran martes por la mañana. Tenía como dos meses sin coger porque ya lo había terminado su novia. Tuvo que ir a una plaza de ésas grandes, donde te metes a un estacionamiento convenientemente oscuro y hasta muy privado en las mañanas.
Siendo muy caliente, nada más veía qué morrita linda había para admirar su cuerpo e imaginarlo al natural.
Se estaba bajando del carro cuando detrás de un pilar, de esos muy gruesos, vio una rubia absolutamente espectacular, aunque estuviera chaparrita y vestida de manera discreta, como no queriendo llamar la atención. Llevaba una falda a la rodilla y sandalias totalmente planas y descubiertas. Su blusa sí era bastante discreta. Con una diadema y bastante ridícula para usar lentes oscuros en un estacionamiento oscuro, pero justamente en eso se los subió al cabello. Resulta que descubrió que su llanta trasera estaba ponchada. Un carro poco llamativo. Lo cual era necesario, pues al ver su cara completa, vio que era...
No podía ser... o sí?
Después de todo, quería pasar desapercibida, no? Siendo una actriz y cantante tan famosa, tanto en su país como en Estados Unidos, así tenía que ser.
Se acercó. Como quiera que sea, tenía que ayudarla con su llanta.
-Buen día... puedo ayudarte?
Con toda tranquilidad, como si no le molestara haber sido descubierta, le expuso el problema a Angel y le pidió ayuda, mientras lo veía bien. El tipo no estaba tan mal...
-Claro, no hay problema, tú... tú eres... BELLI-
-Si me ayuds con la llanta, seré quien quieras.
Se extrañó ]Angel con el comentario, pero era demasiado el parecido, por lo cual prosiguió. Sacó el gato hidráulico de la cajuela y lo colocó junto a la llanta. Justo ahí, al hincarse, se dio cuenta. Ella se había parado tan cerca de él que estaba acercando demasiado su cara al pie que ella estaba extendiendo. Era casi como si djera "Míralo, papacito, es tuyo... para chuparlo como quieras".
Le ganaron los nervios y apoyó la cruceta en el suelo. Se decidió y le dijo:
-Me permitirías... pues... tocar tus pies? Son hermosos, pero eso ya lo sabes.
Seriamente, le dijo "Tienes las manos muy mugrosas". Acto seguido sacó un pie de su chanclita u se lo talló contra la otra pantorrilla. La visión le terminó de parar el pito.
-Pero tu boca ha de estar muuuuy limpia.
Puso ese pie en la rodilla levantada de él. Su erección se hizo más que evidente, con el cuerpo del pene pegado a lo largo de su muslo. Eso de no usar calzones le benefició, ya que ella no dejó de apreciar el bultote.
Ella elevó su bella extremidad un poco, él estiró su mano y delicadamente para no hacerle cosquillas, le puso su mano debajo de la planta y lo acercó poco a poco a su boca. No la quería tirar al suelo... aún.
Comenzó viendo las uñas. Eran totalmente al natural. Con una forma delicada y perfectamente delineada, sobre unos dedos un poco alargardos, deliciosos para succionar, le parecieron elegantes, iban muy bien con ella. Además, era BELLI! BELLI!
La sensación de estar con una estrella a la que le gustaba que le adoraran sus pies era demasiado para él. Como loco le olió y le lamió los dedos, uno por uno. Totalmente limpios y sin perfume, eran lo más puro que podría encontrar. Lamió la planta y acarició el tobillo. Con los ojos cerrados succionó el dedo gordo, con una pasión que no sería tan grande si estuviera chupando un clítoris. Aunque... esperaba que no faltara mucho para eso.
La rubia ya sudaba de excitación, y le invitó a subir al coche. Una vez adentro, ella aventó las sandalias al asiento de adelante para ponerle sus patitas en la cara a él y con furia se las restregó en su rostro. Angel decidió liberar su animal y con un rápido movimiento de manos, su cinturó y su bragueta explotaron dejando ver una bestia de 23 centímetros. Entre sus piernas, "Belli" lo vio y se asombró. Pero no se intimidó. Dejando unos dedos en la boca de él, bajó el otro pie... de inmediato sintió el calor extremo de ese fierro candente. La planta de sus pies era más chica que lo largo de semejante cosa, por lo cual subía y bajaba recorriéndolo, como si quisiera que creciera más y más.
Su otro pie ya recorría el cuello y el pecho de Angel. Lo metió entre los botones de su camisa y sintió los vellos de su pecho. Esto le fascinó y Angel se la abrió. Su pie se frotó contra la extensión de su piel y él sintió líquido brotar del ojito de su platanote. Cerrando los ojos, se dejó llevar. Ella bajó el otro pie pues ya se había cansado y frotó con ambos la verga turgente y entumecida. Angel no tardó mucho en venirse y el semen salió casi hasta sus pechos. Escurrió como miel mientras jadeaba calladamente. Con una agilidad asombrosa, ella dobló su pierna derecha y se llevó la extremidad embadurnada a la boca. Chupó los mecos que pudo, y lo demás lo recogió con las manos. Se metió los dedos llenitos a la boca.
-Espero no tener que saludar a ninguna conocida de beso, pues ya me voy a la plaza.
-¿Y tú? No te vas a venir?
-No, papá, ese placer es sólo mío. Pero te agradezco esto que acabas de hacer por mí.
Le extendió de nuevo esa patita y lo obligó a chupar el esperma restante.
-¿Sabes que nunca me lo había probado?
-Siempre hay una primera vez.
Sacó los ortejos de su boca por última vez. Le dijo que no podía darle su número de celular y que a ver si algún día se veían.
Angel terminó de cambiar la llanta en silencio.
Se despidieron y tomaron el mismo elevador, fingiendo no conocerse.
Ella se fue hacia un spa, y él a recoger el traje que había encargado.
Sonrieron por última vez.
Pensó en que era algo qué contar a sus nietos... pero de inmediato se rió ante la idea. ¡Claro que no!
Nunca la volvió a ver. Pero ya no era importante si era o no era Belli. Nunca más lo sería. Sonrió de nuevo.
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