miércoles, 21 de marzo de 2007

Mi primita!

Sigamos con la historia imaginaria de la prima.

En la semana que siguió nos quedamos de ver en una farmacia de orillas de la ciudad. Ella se subió a mi carro en cosa de segundos y era un sàbado muy temprano. "Me dizque enfermé, jejeje" me dice. Yo le dije que había dicho lo mismo en mi trabajo y me lancé por ella. Noto que está usando unas sandalias muy delgadas, como para sólo meter y sacar, de esas que son como japonesas. Su pedicure es perfecto y tiene las uñas delineadas con borde blanco, al estilo francés.

Mientras salimos de la ciudad me preguntó que a dónde íbamos. Le comento que hay un bosque bastante privado y ella me respondió que para qué esperar. Confieso que me puso nervioso esa respuesta, pues iba como a casi 100 km por hora y aún no salíamos completamente a carretera. Sus manos se dirigieron a su blusa y la levantó. Era temprano así que no tuvo mucho reparo en que la vieran de otros carros, pues no había muchos. Sus pequeñas pero duras y afiladas mamasse notaban debajo del bra, mismo que pasó a retirar y noté que tenía unos pezones enormes, como casi no correspondiendo al seno que las albergaba. Hablando de eso, mi paquete hasta entonces adormecido comenzó a reaccionar. Ella lo quería ver y me pidió permiso de bajarme el cierre. Le dije que íbamos a gran velocidad y me contestó sin problemas que bien, que no importaba, que tenía otro cierre que bajar. Sus pantalones de mezclilla también salieron volando para la parte de atrás del auto y puse música suave.

Le dije que era una lástima que mi auto no fuera automático, pues podría probar sus boobies con la mano libre. Me dijo que tenía una mejor idea y colocándose de frente a mí, subió sus pies a mi entrepierna y comenzó a mover el talón, frotando mi virilidad. Ya íbamos a varios kilómetros de la ciudad y comenzaba la carretera libre. Decidí que mi animal no soportaba más tiempo encerrado y nos metimos al bosquecito por una desviación. Ella sonreía mientras jugaba con su clítoris debajo de la panty, que era lo único que le quedaba puesto. Volteaba yo a la derecha para ver si no venía algún carro y su perfil desnudo contra la naturaleza me desconcentraba y me ponía loco. En lo que nos estacionábamos entre tres árboles, sus pies se posaron sobre mi volante. Mi cabeza estaba a punto de estallar. Me metió un ortejo a mi boca, el más pequeño de todos, oliendo muy pero muy limpio. Pronto cambiaría eso!

Al apagar el carro, mi mano se dirigió de inmediato a sus extremidades pedales y las comencé a besar. Ante lo novedoso se echó a reír y se calmó. Tal vez por que en verdad le daba cosquillas o porque se le hacía raro. Pero tal vez se calmó porque me vió muy excitado o porque ella misma recordó que su vulva recibiría toda la atención posible. Su espalda al aire libre era tersa y me tocaba queriendo quitarme el pantalón. Decidió que ya era demasiado y me sacó el cinturón, mirándome a los ojos y yo mirándole sus senos que se movían rápidamente mientras me levantaba sobre el asiento para que ella me desnudara. Al bajar mis briefs, mi pene se sacudió violentamente para arriba y para abajo, dándome placer y al parecer a ella también. Se hincó en el asiento y se inclinó sobre mí. Al chuparme todo le quise bajar los calzones pero fue imposible por su posición. Sólo procedí a meterle la mano debajo de la tela y a intentar insertar mi dedo en su anito. Ella me dio una ligera reprimenda sacando mi instrumento de sus labios y me dijo "nonono!". Me sentía apenado y ella procedió a pararse en mi asiento.

Su baja estatura ayudó a que mientras ella estaba encorvada, sus pies se plantaban firmemente en mis piernas, con el asiento totalmente recorrido hacia abajo. Sus manos apoyadas en mis brazos hacían que no me pudiera mover. Se hincó en mi pecho con el pie derecho, y pasó su pie izquiero hacia el espacio entre los asientos. Su vagina mostraba humedad a lo bestia mientras rompía sus bragas de una parte previamente cortada por ella misma, previendo este momento. Yo me quedé estupefacto mientras bajaba sus labios menores a mis labios, pidiéndome un cunnilingus para responder a su felación. Masturbàndome le mamé la entrepierna. Ella se dio cuenta y se quitó para retirarme la mano de ahí. Chorreando ambos en nuestros genitales, nos las arreglamos para hacernos un 69 mientras su cabeza esquivaba el volante. Apoyaba sus pies en el cielo del carro mientras me preguntaba si de algún modo podría yo ver esas huellitas en el futuro.

Terminamos y yo estaba a punto de eyacular. Me dijo que dónde quería depositar mi semen. Le dije algo que la sorprendió. "En tus pies". "En mis dedos?" "Sí".
Se recargó en su asiento volteando hacia mí, y poniendo sus pies juntos sobre su vulva me animó a masturbarme para terminar. El reguero de semen corrió por entre sus dedos y se derramó a sus labios mayores y menores para no manchar el carro, según ella.

Dijo que era una lástima que no hubiéramos podido tomar fotos. Pero si tenemos toda la mañana para las fotos... y para una segunda venida... y tercera.. y faltaban las de ella!

Plus: Disculpen que haya tardado tanto en postear, pero ya verán que en la semana añado fotos que yo mismo he tomado con mi nuevo celular!

Painted Toes

Painted Toes
Te gusta este color?

Stroking

Stroking
Quieres acariciarme mas?

Teasing

Teasing
Quieres ver lo demas?